Aunque realmente son las canciones de los veranos. En plural.
Es un tema que lleva muchos años en mi cabeza y creo que por fin tocaba escribir sobre esto. El otro día tuiteé:
Acabo de leer la letra de «Despacito»—sí, tenía que leerla para entender lo que dicen, porque no vocalizan— Balance: harta (1)
— Lucía M. Alcalde ﻥ (@Luciamalcalde) 3 de julio de 2017
Más los dos tuits siguientes. Y a raíz de ahí vinieron comentarios diversos —y aportaciones musicales de calidad—.
«Harta» puede sonar fuerte, pero es la palabra. Harta y cero identificada con esa forma de amar y de relacionarse con el otro sexo que nos quieren endosar.
No, no quiero que me hagan una “propuesta indecente” ni que “me falten al respeto” y luego “culpen al alcohol”, ni mucho menos que nadie “mida mi sensatez” levantando mi falda. Tampoco me parece que el culmen del amor sea que alguien provoque “mis gritos” y me haga “olvidar mi apellido”.
En medio de una fiesta, tener a toda una masa gritando “que se quite el top” me da vergüenza ajena. No sé vosotros, pero no soy partidaria de que la gente se vaya quitando el top por ahí. Y aunque “tonight I’m fucking you” en inglés pueda sonar más fino… sabes perfectamente lo que significa y no, tampoco me parece que anuncie amor del bueno.
A lo mejor es cuestión de sensibilidades, pero paso de bailar una canción de alguien que se jacta de estar enamorado de cuatro tías que “siempre le dan lo que quiere” —y no sigo porque el resto es porno concentrado—.
Tampoco me hacen gracia las letras que juegan con la fidelidad. Y que son tan poco realistas que dicen que “vamos a ser felices los cuatro” o que “no me importa que duermas con él”. Ya.
Claro que a estas letras solo pueden ir acompañadas de videoclips babosos que estén a su misma altura. A la altura del subsuelo. Recuerdo estar en un bar con los amigos: en la tele tenían puesto un canal de vídeos musicales. En hora y media que estuvimos no vi ni un solo videoclip en el que las mujeres salieran con más ropa que un escuetísimo bikini —y esa era la más vestida—.
Harta de la imagen de la mujer como mero objeto —y en este caso objeto sexual— contra la que lllevamos luchando tanto tiempo. Y, como apuntó sabiamente Javiviendo a raíz del primer tuit citado: «Harto de la imagen del hombre como depredador sexual».
Llegados a este punto: no me gusta quejarme sin aportar soluciones. Entonces, unas sencillas preguntas para pensar:
¿Por qué si luchamos contra la discriminación de la mujer en tantas áreas, su representación en las canciones y en los vídeos que las acompañan nos da igual?
¿Por qué si en nuestra vida queremos y luchamos por un amor del bueno, los fines de semana nos dedicamos a cantar como si no hubiera mañana que “levantamos faldas”, “faltamos al respeto”, y “me voy con cinco”?
Esto es una llamada a la coherencia. ¿Cantarías una canción en contra de tu madre con la excusa de “es solo una canción, no lo pienso en realidad”? O, ¿qué pensarías de alguien que, cuando suena una canción en contra de su fe se pone a cantarla y bailarla como si fuera el alma de la fiesta? ¿Es realmente “solo una canción”?
¿Y si una de estas canciones del verano la estuviera cantando tu hijo de 5 años? Como me dijo un sabio una vez: «Un pastel de merengue, ¿a quién pringa más: a un niño o a un mayor?». Pues eso. No creo que compense ir de ingenuos y de “a mí no me afecta”. Creernos inmunes es el primer paso. Y —esto daría para otro post— todo lo que vemos, leemos, escuchamos, hacemos… eso no rebota contra nosotros, nos deja una huella, en mayor o menor medida. Es parte de la materia prima con la que vamos moldeando nuestra vida. Y si quieres una buena vida, mejor llenarte de cosas buenas, ¿no? ¿Tu lista de música está llenita de canciones que te enseñan a amar o de las que te incitan a ser un “depredador sexual” o una “mujer sexy-florero”?
Propongo una campaña por las canciones que hablen de amor del bueno, del amor de verdad.
No quiero bailar ni cantar contra mí misma ni contra todo en lo que creo.
Actualización 15.VII.17: Gracias a un comentario en el post que sugería crear una lista en Spotify con buenas canciones, me he animado y he creado una lista que se llama «Para cantar y bailar en verano —#makelovehappen». Se puede acceder con este link: http://bit.ly/CancionesMakelovehappen Es una lista colaborativa, así que podéis añadir las que queráis —siempre que cumplan las expectativas del post, claro, 😉
Y en twitter estamos recogiendo recomendaciones con #cancionesdeamordelbueno
100%
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😉 ¡Gracias!
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Muy bueno! Empezamos con una lista de spotify?
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Yeaaaaah! Me encanta la idea de spotify. 🔝🔝Me pongo con ello y os comparto el enlace cuando la tenga 😉
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¡Lista la lista! 😁
Este es el link acortado: http://bit.ly/CancionesMakelovehappen
La he hecho colaborativa para acoger vuestras sugerencias. 💃🏻💃🏻
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Me encanta como la llamamos?
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De momento la he llamado «Para cantar y bailar en verano —#makelovehappen» y se accede con este link: http://bit.ly/CancionesMakelovehappen Y en twitter estamos recogiendo recomendaciones con #cancionesdeamordelbueno 😉
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Muy bueno Lucía! Muy valiente!
Qué gracia, también tenía un post a medias sobre esto, motivado al quedarme en shock al oír a mi hijo cantar frases como «levantar tu falda», » besame despacito»…
Y con lo pegadizas y bailongas que son…
También hay que educar el oído.
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¡Muchas gracias, Pilar! Sí, educar el oído y la sensibilidad artística es otro gran temazo 😄 Y por cierto, me encantaría leerte sobre este tema, así que si tienes un post a medias, ¡te animo a terminarlo!👌🏼📝
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Lucía!! Yo también le vengo dando vueltas a este tema, especialmente por mis hijos, sus amigos….. y a veces encontrarme yo misma tarareando esos ritmos pegadizos, como bien dices. Y me vengo preguntando por la supervisión parental que podemos hacer… es muy curioso! Parece que cuando son cuestiones que afectan al sentido de «la vista», está todo más controlado. Películas «no aptas», filtros en internet a imágenes y demás. Pero que pasa con el sentido del oído? Acaso no afecta de igual modo a nuestro cerebro y a nuestro modo de ver y posicionarnos ante la realidad? Nunca he visto ni escuchado «canciones no aptas», ni control social sobre este tema. Sin embargo, todo lo que recibimos a través de nuestros sentidos nos va modificando. Bueno, no haré una «tesis» sobre esto. Sólo es una reflexión en voz alta.
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¡Hola, Carolina! Muchas gracias por tu comentario y tu reflexión. Creo que tienes mucha razón. Yo también pienso que debería haber horario infantil para las canciones. Jaime aún no sabe cantar, pero a veces por la calle o en los parques oigo a los niños cantar los últimos éxitos, sin tener ni idea de lo que dicen. Yo misma de pequeña era una fan de Amistades Peligrosas, y en concreto había una canción que me encantaba. Recuerdo escucharla años después y quedarme impactada:»¿Pero decían esto?». Y entonces entendí porque mi madre nos animaba a inventarnos otra letra 😅
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Qué divertido Lucía!
Esto de inventar otra letra es genial hacerlo con los peques.
Recuerdo en una fiesta estar bailando aquella de «movimiento sexy» y unos cuantos cambiar sexy por pepsy. La risa!
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Jajajajajajajjaa. Sí, además los niños son muy creativos 😉
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Del último anuncio de cocacola.
Igual te gusta.
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¡gracias por la recomendación! La añado a la lista. Y me gusta mucho más el videoclip que el anuncio de coca cola, por cierto 😉
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Buen artículo!!! Pienso igual y eso que vivo en un pais caribeño donde esta música se nos hace muy pegadiza y nos invita a bailar por el ritmo…. y me niego a ser parte del montòn.
Me horroriza que aparte digan que «Despacito» es una canción sutil, donde se ha la suavemente de todo el.proceso de atraccion y consumación del «amor», cuando se habla vulgarmente de sexo «salvaje». Hemos perdido la sensibilidad, ademas de la moral y la intimidad. TODO lo que se piensa se dice, sin filtro y tener en cuenta los detalles de caridad….
Y ya ni que decirte de «traeme el alcohol que quita el dolor» … que la escuchè hace un par de dìas y no hay manera de que salga….
Sigamos escribiendo lo que construye o por lo menos nos hace pensar como personas que queremos rescatar nuestra dignidad perdida….
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Hola, Ana. Sí, yo también creo que hemos perdido un poco la sensibilidad… pero que tenemos que intentar irla recuperando. ¡En ello estamos! Mucho ánimo, que me imagino que en tu país lo tendrás más complicado que por aquí. Persona a persona, podemos hacer que las cosas cambien 😉
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Pues no me había preocupado en oir la letra. Una pena. Me gusta más la versión católica que circula por internet.
Totalmente de acuerdo contigo.
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¡Muchas gracias por tu comentario! 🙂
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Gracias por este post, Lucía.
Qué valiente y qué constructivo.
Y qué consolador 😉
El día de nuestra boda cometimos la osadía de grabar un CD con 100 canciones para pinchar. ¡Queríamos bailar al son del Amor que estábamos celebrando y dejamos fuera letras que lo fastidiaran!
Tenemos ahora ese reto con el peque. Solemos explicarle que la caca y el chocolate se parecen mucho: que se fíe de los papás hasta que aprenda a distinguirlos.
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Jajajajajjaja. ¡Qué geniales! Este comentario y vuestro testimonio también son muy animantes. Olé por ese CD con 100 canciones. Nosotros le pasamos a la DJ una lista de canciones que sí y otra de canciones que no.
Me encanta lo que le explicáis a vuestro peque. Me lo copio para cuando el nuestro aprenda a razonar 😀
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Nosotros cambiamos despacio x resucitó. Un vídeo muy bueno. Letra cambiada. Misma música y más calidad artística. Vente la Sevilla y nos volvemos a ver
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¡Super Mercedes! Qué ilusión encontrarte por aquí. Pues tengo boda en el sur el finde que viene, pero en San Lúcar! Conozco la canción que dices, ¡es muy buena! 😉
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Hola Lucía:
Muy bueno tu artículo y muy acertadas tus observaciones.
De todas formas, te invito a leer un blog con una lista de consejos a partir de la canción de «Despacito».
La verdad es que realmente no me parece tan mala… Las ha habido peores. Mejor que diga «despacito» a «rapidito». En fin, que creo que hay que sacar lo bueno que tiene… La entrada del blog que te comento es esta:
http://abcblogs.abc.es/sexo-salud/2017/08/03/10-sugerencias-para-amar-y-cortejar-a-tu-pareja-al-ritmo-de-despacito/
😉 un beso y de nuevo, gracias por este blog que tiene contenido muy bueno y que aporta una visión del mundo tan postitiva
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Gracias, Goretti. Me alegro mucho de que te guste el blog. 🙂
Y gracias por la referencia de ese artículo, es muy interesante y sí, definitivamente saca lo bueno que tiene «Despacito», aunque creo, sinceramente, que hay que contextualizarlo. En mi opinión todo eso está muy bien tenerlo en cuenta para vivir unas relaciones sexuales buenas en un ambiente de compromiso real (matrimonio, vamos), aunque por otra parte, no está descubriendo nada demasiado nuevo (Karol Wojtyla habla más y mejor de este tema en «Amor y responsabilidad», sin ir más lejos).
Y por supuesto, que hay canciones peores 😉 «Despacito» solo ha sido la gota que me ha llevado a escribir el post, pero llevo muchos años dándole vueltas a la idea…
¡Gracias por pasarte y comentar! ¡Un beso grande!
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Este post me llega tarde, pero me ha llegado directo al cerebro. Y los comentarios más.
Lo primero es que no puedo estar más de acuerdo que es una oportunidad perdida que una canción que ha sido vista 3 billones de veces y va para 4 esté centrada en la parte más física del amor. Y que sea muy explícita para el que se pare a escuchar, aunque si que creo que pocos se paran a escuchar y están todos mirando.
No estoy muy seguro que al final no haya mensajes rescatables, como lo que aparecía en el artículo citado del ABC, o por ejemplo «Yo no tengo prisa yo me quiero dar el viaje» que en realidad hace mucha falta en un contexto el de lag relaciones, donde ir despacito no es lo que pide el cuerpo.
Aunque una lista de canciones con mejores letras puede ser un buen punto de partida, creo que sí quieres que tu mensaje llegue más lejos, es mucho mejor jugar en el mismo campo de juego, es decir, una lista de YouTube, con un billón de usuarios frente a los cien de Spotify.
Y por ejemplo tampoco me parece un gran mensaje el de ‘Hasta que salga el sol’.
Pero al final en mi opinión los dos grandes desafíos están en otro sitio:
1. Conseguir llegar a los autores, interpretes y productores para conseguir que existan canciones con calidad, pegadizas pero con letras y mensajes de fondo que pesan suponer un impacto positivo en el escuchante.
2. ¿Realmente puede ser éxito del verano una canción que no hable de sexo o amor superficial? ¿Querría el mundo escuchar una canción pegadiza sobre un amor que dure 50 años, o incluso el Perdón o la compasión? Y «el perdón» de Nicky Jam que está en la lista no cuenta, si se lee la letra o ve el vídeo: https://youtu.be/hXI8RQYC36Q
Nadie perdona a nadie, no se sabe qué hay que perdonar y la mujer que tendría que perdonar ya ha encontrado un amor mejor con el que casarse…
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Hola, kgbraw
Muchas gracias por tu comentario.
Yo también creo que el artículo de ABC dice cosas muy interesante, como comenté en la respuesta a Goretti. 🙂
Gracias por lo de la sugerencia de YouTube. La verdad es que me gustó la idea de Spotify porque es más fácil escuchar la lista en cualquier parte (entre otras cosas, porque gasta menos datos) y porque, si tienes Premium, te saltas los anuncios (lo cual es mucho más cómodo para la escucha). Pero no descarto tu idea, muchas gracias.
Aunque, y en relación con algo que también comentas, ahí el problema es que si hay que filtrar también por videoclip, varias canciones (que por la letra no presentan ninguna objeción), se quedarían fuera… 😦
En la selección que aparece en la lista de Spotify hay algunas que personalmente pueden no gustarme, pero que si el contenido no va contra la dignidad de las personas, las he dejado. Digamos que la barra de medir no la he puesto en “Canciones que promuevan relaciones para siempre y valores profundos” (que podríamos hacer otra lista con eso) sino simplemente en “Canciones que no denigren a las personas, ni al amor, ni a la sexualidad”. Por eso cabe “Hasta que salga el sol” (salir a bailar hasta la madrugada no me parece algo malo en sí), y “El perdón”, que tiene una letra sosa y de telenovela, pero tampoco me parece dañina especialmente….
Y coincido contigo en los dos grandes desafíos que planteas.
Creo que cada uno tenemos nuestras especialidades y nuestros campos de acción, por eso mi propuesta es sencilla y accesible a cualquiera: no bailar en una discoteca una canción que me denigra. Puede ser poco, pero si esa actitud nos la contagiamos unos a otros y de repente en una discoteca nadie baila una canción de ese tipo, nadie la pide, nadie la escucha ni en youtube ni en spotify…. creo que eso puede hacer un cambio. Al final la música tiene una parte de mercado que funciona, como todo mercado, con oferta y demanda y es una pescadilla que se muerde la cola.
Por otra parte, a nivel ciudadano otra actitud posible es promocionar y apoyar grupos que están intentando hacer buena música.
Luego, si alguien tiene acceso a productoras, artistas, autores… por supuesto estaría genial que intentara hacerles llegar esta idea, pero no todos tenemos esa posibilidad todos los días… ¿no?
Por otra parte, el reto 2 implica no solo que se haga mejor música sino también educar y concienciar a los “escuchantes”, y eso también está al alcance de cualquiera.
Muchas gracias por tu comentario y por enriquecer esta conversación.
Un gran saludo
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Me llamo María y tengo 17 años. Estoy super de acuerdo con todo esto!! Estoy super harta de ir a fiestas y no dejar de escuchar canciones de este tipo, se te quitan las ganas de bailar. Hoy en día estamos viviendo la peor era de la música, pues es una música machista y que no aporta nada nuevo. Por desgracia es la música que escucha la gran mayoría de los jóvenes y la que se oye en todas partes. Es hora de comenzar una revolución musical!!! Que haya discotecas e las que se pueda bailar sin restregarse y cantar sin decir ninguna barbaridad.
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Hola, María. ¡Muchas gracias por tu comentario y por compartir tu reflexión! Puedes unirte a lo que llamo «objetores de canciones», y cuando en una fiesta suenen esas canciones que nos denigran, no bailarlas y no cantarlas. No es una gran revolución, pero creo que son pequeños gestos que pueden ir ayudando a concienciar al resto. 😉 ¡Un saludo!
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