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Otro modo de ligar es posible

«Más de la mitad de Estados Unidos está soltera, por primera vez». Así empieza el documental The Dating Project

En un informe del Pew Research Center de 2014, un 25 % de los millennials afirmó que es probable que no se case nunca. Por otra parte, en una encuesta de Gallup en 2014, solo un 9 % de los estadounidenses entre 18 y 34 años decían no estar casados y tampoco querer casarse. El porcentaje bajaba al 3 % entre los adultos de entre 35 y 54 años. 

Los tres primeros motivos que mantenían alejados del matrimonio a los que sí que querían casarse eran no haber encontrado a la persona correcta, ser muy jóvenes o no sentirse preparados, y razones económicas. 

Aunque son datos de Estados Unidos, tengo la sensación de que en otros países occidentales la situación no es muy distinta. 

Entre las múltiples causas, motivaciones (o desmotivaciones), en este post quiero centrarme en un aspecto que creo que está detrás —al menos en parte— de ese “no haber encontrado a la persona correcta”: no sabemos ligar, o tenemos actitudes a la hora de ligar que hay que superar si a lo que aspiramos es a un amor del bueno.

Cuando no apostamos por la conversación cara a cara

Las apps tipo Tinder han transformado el mundo de las citas “suscitando preguntas sobre autenticidad y honestidad que no existían antes de internet”, según recoge el artículo «Arming Women for the Dating Battlefield» del Wall Street Journal; y subraya que las normas sociales no se han actualizado ante este desafío. 

Aunque tal vez las cuestiones de fondo no son tan nuevas como las redes sociales o las apps de citas y tienen unas raíces anteriores, como cuento en «Enamorar sin pantallas», el peligro de estar interaccionando con alguien que presenta una identidad falsa o los frecuentes mensajes de ligoteo sin ningún propósito e incluso a veces de contenido sexual no solicitado sí son fenómenos propiciados por la tecnología. 

Pero, por ejemplo, el llamado ghosting —que se ha acuñado como término dentro de estas malas prácticas en apps de citas— se lleva haciendo desde antiguo: típico ligue que, tras una etapa de estar pendiente —incluso intensamente— deja de dar señales, no contesta a los mensajes y no vuelves a saber de él. Desaparece sin dar explicaciones y sin dejar rastro. Una amiga mía los llamaba “los difuntos”, aludiendo con ironía a que, una desaparición tan repentina, un paso de 100 a 0, solo se entendía si el susodicho había fallecido. Las apps facilitan el ghosting, pero es una actitud sintomática de las personas que no quieren comprometerse y de quienes, antes de tener una conversación clara que termine una relación o un proyecto de relación, prefieren la técnica del avestruz, por evitarse un trance costoso o doloroso.

En un artículo en la revista digital de la Universidad de North Dakota, se muestran críticos con estos nuevos hábitos de ligar y con el hecho de que se asuman como parte de algo necesario en el mundo de las citas: «Hacemos ghosting, tenemos 20 conversaciones a la vez, nos cuidamos mucho antes de compartir nuestros sentimientos reales y profundos… […] Al mismo tiempo, aquellos que son directos, que comparten sus sentimientos, nos parecen locos y los bloqueamos». Parece como si el deseo de autenticidad chocara contra una ambigüedad en la práctica en el ámbito de las relaciones

Chicas exigentes cansadas del ligoteo sin compromiso

Hay una cierta tendencia —creo que al alza— entre grupos de mujeres que expresan un malestar hacia los modos de ligar actuales, cansadas de lo que cuesta “encontrar al hombre adecuado” y de la falta de compromiso con la que se topan en los hombres que conocen.

Sintomático de esta realidad es el Female Dating Strategy (FDS), uno de los millones de foros de discusión presentes en Reddit que, según el artículo «Arming Women for the Dating Battlefield», cuenta con casi 50.000 mujeres. FDS quiere ser un lugar donde poder hablar libremente de las estrategias utilizadas en el cortejo para mujeres «que quieren tomar el control de sus citas». Entre sus participantes hay una gran variedad de procedencias, razas, entornos socioeconómicos, niveles educativos, etcétera. A quienes llegan nuevas al foro se les recomienda leer el FDS Handbook, que incluye principios como «sé una mujer de gran valía», «no tengas sexo antes de un compromiso» o «nosotras tenemos la responsabilidad de ser implacables en nuestra evaluación de los hombres». 

El autor del artículo reconoce que aunque este último principio suena duro, es de hecho un consejo práctico en un mundo gobernado por las apps de citas. El manual también expone: «No nos hacemos a nosotras ni a la humanidad ningún favor permitiendo que los hombres exhiban sus comportamientos deficientes y encima sean premiados con nuestra atención. Por eso, sé implacable en cortar con hombres que no aportan nada a tu vida». Hasta aquí todo bien y son temas que he tratado en el blog y consejos que yo daría a una amiga —con excepción de ese “ser implacables”, que luego comentaré—.

Pero hay más: las chicas del FDS hacen una clara distinción entre los “low-value men” (LVM) y los “high value men” (HVM), entre los hombres que no valen y los que sí, y advierten que se puede reconocer a un LVM por sus mentiras sobre una posible relación seria cuando lo único que quiere es sexo, el rechazo a esforzarse a la hora de planificar una cita formal o entre aquellos adultos que no son económicamente independientes y responsables. Los hombres, por su parte, en otros foros de Reddit, suelen criticar al FDS, tachando a sus participantes de odiadores de hombres y cazafortunas.

Así como son duras con los varones, las participantes de Female Dating Strategy son en primer lugar exigentes consigo mismas y entre ellas. Como explica el WSJ: «Según FDS, hay muchos hombres que no valen porque hay demasiadas mujeres dispuestas a tolerar esos malos modos. Las participantes más asiduas son expertas en hacer oídos sordos a las recién llegadas que pasan más tiempo quejándose sobre los hombres que han pasado en sus vidas sin preguntarse y reflexionar en primer lugar por qué ellas los habían elegido». 

Un “mercado de citas” dividido 

La baja exigencia de las mujeres hacia los hombres en el mundo de las relaciones no es algo debatido solo en foros femeninos. En el artículo que la hizo famosa, Kate Bolick hablaba de la existencia de un dating gap, una brecha entre el número creciente de hombres dispuestos a comprometerse y la cifra en ascenso de mujeres que sí piensan en el matrimonio. De esto habló con el economista Robert H. Frank, quien declaró que la descompensación en oferta y demanda en el “mercado del matrimonio” no debería sorprendernos: «Cuando el número de mujeres disponibles es significativamente mayor que el de los hombres, los hábitos del cortejo cambian en la dirección que quieran los hombres. Si las mujeres superan a los hombres en número, las normas sociales contra el sexo ocasional se debilitan». 

Una idea que parece completarse con lo señalado por Mark Regnerus en las conclusiones de su proyecto «Relationships in America», como os contaba en «No creo en el sexo sin amor»:

«Mark Regnerus —con su equipo del Austin Institute for the Study of Family and Culture— realizó una encuesta nacional a 15.000 adultos, de entre 18 y 60 años, en la que preguntaba cuándo era la primera vez que habían tenido sexo en su actual o más reciente relación. La experiencia más común (afirmada por el 32 % de los hombres de menos de 40 años) fue que habían tenido sexo con su pareja actual antes de que la relación empezara. […] La mayoría de las mujeres confesaban que, para ellas, tener sexo antes de empezar una relación con un mínimo de compromiso, fue mucho antes de lo que habrían deseado».

¿Miedo al compromiso?

Al final de Cheap Sex, el libro que recoge los datos y testimonios del estudio que os comento, Regnerus hace unas predicciones de cómo cree que será la actitud de la población estadounidense en estos temas en 2030. En uno de sus pronósticos afirma que la tasa de matrimonio seguirá descendiendo. 

Hasta aquí nada diferente de lo que dicen los expertos en demografía. Lo novedoso viene a continuación: «La narrativa dominante continúa acusando de esto al miedo al compromiso de los hombres. Pero los hombres, en general, no tienen miedo al compromiso. Simplemente el compromiso no es necesario hoy en día para acceder al sexo» (y esto enlaza con el punto anterior).

Más que el miedo al compromiso, lo que parece darse, según Regnerus, es la paradoja de la elección, propiciada por las citas online: hay tantas posibles parejas para elegir que ¿cómo escoger? Eso disminuye el desarrollo de relaciones estables. Como él explica: si la segunda cita no ha resultado como esperabas o si se da una discusión en la tercera… ¿por qué esforzarte en esa relación, invertir tiempo y preocupación, si puedes fácilmente intentar otra opción? Se cuela fácilmente la mentalidad de “hay muchos peces en el mar”, de “puedo encontrar a alguien mejor/ puedo estar perdiéndome a alguien mejor”. En la línea de las teorías de Zygmunt Bauman sobre cómo hemos trasladado esa mentalidad de “usar y tirar” de los objetos a las relaciones

Según el experto, algunos hombres —no muchos— pueden estar preparados para el matrimonio antes de los treinta, pero lo que se ve es que según los varones cumplen años entre sus primeras motivaciones empiezan a aparecer el enamorarse, tener hijos, etcétera; su autonomía no les resulta un valor de primer orden y comienzan a darse cuenta de que según pasa el tiempo las esposas ideales son menos numerosas.

Huir de la lucha de sexos 

Las usuarias de Female Dating Strategy se exigen mucho primero a sí mismas y por eso exigen mucho a los hombres con los que quieren tener citas. 

Pero el punto es ¿qué exigimos? ¿Algunas chicas exigen demasiado y otras demasiado poco? ¿Tenemos demasiadas expectativas o simplemente las expectativas no adecuadas? ¿Hasta qué punto la búsqueda de perfección unida al “puede haber alguien mejor allá afuera” es parte del problema para conseguir una relación formal? ¿Es posible tener citas sin una perspectiva de lucha de sexos con la sospecha flotando continuamente de que el otro puede “jugárnosla” en cualquier momento? ¿Existen las relaciones sólidas basadas en la interdependencia y la confianza?

A Female Dating Strategy le llueven críticas no solo de los hombres en otros foros, sino también por parte de otras mujeres. Entre los textos de FDS que la youtuber Lauren Chen señala como nefastos está una de las normas del foro: «Todos los consejos deben estar enfocados en el máximo beneficio femenino. […] el beneficio mutuo puede ser un derivado, pero no una meta». Para Lauren Chen, consejos de este tipo parecen olvidar que la otra persona con la que estás quedando o quieres quedar es también un ser humano con su dignidad, sus sentimientos, sus propósitos; pasando por alto todo esto con tal de conseguir lo que quieres. Y apunta: «Tal vez esa mentalidad explica por qué siguen solteros quienes piensan así».

La misma youtuber, en un vídeo de PragarU, reconoce que el mundo de las citas puede ser muy complicado. Parte del problema reside, según ella, en que la gente comienza una relación con visiones completamente diferentes de lo que esperan de ella. Un problema de expectativas. Como solución posible propone «tener citas con un objetivo: el matrimonio»: «Si esa relación parece que tiene futuro, habla sobre ello cuanto antes. Si esa relación parece que no tiene futuro, ¿por qué estás en ella?». 

Lauren Chen es consciente de que esta propuesta puede resultar rompedora pero al mismo tiempo defiende que no tiene ninguna duda de que «la razón por la que tantas mujeres están atascadas en relaciones sin salidas es que se ha vuelto un tabú —o, para ser precisa, no políticamente correcto— para una mujer expresar lo que realmente quiere». Y lo que la mayoría quiere es el matrimonio.

No lo dice solo Chen. Lo dicen los datos. Mark Regnerus afirma en Cheap Sex que a lo largo de su estudio comprobó que casi todas las mujeres con las que habló personalmente —y una mayoría de hombres— querían casarse, pero muchas de ellas no sabían cómo hacer para que eso fuera una realidad. «Los jóvenes estadounidenses no están practicando para estar casados, más bien esperan despertarse un día en ese estado», señala.

Otro modo de ligar es posible

El documental The Dating Project se inspiró en el reto que una profesora del Boston College, Kerry Cronin, lanzó a sus alumnos, al constatar que se encontraban inmersos en la cultura del sexo ocasional y eran infelices pero no poseían los recursos para encontrar otra manera de relacionarse. 

El trabajo consistía en tener citas, pero con doce reglas concretas y sencillas [os las podéis descargar aquí] entre las que se encontraban: que quedara claro que se trataba de una cita, había que pedirlo cara a cara, no podían gastarse más de 10 dólares ni pasar de los 90 minutos y lo físico no debía tener el protagonismo. 

Las normas aplicaban, por supuesto, de igual manera a chicos y a chicas, lejos de posiciones a la defensiva.

«En gran medida, no se trata de encontrar a tu alma gemela. Se trata de la valentía en las relaciones sociales y de desafiarse a uno mismo, de ser un poco contracultural haciendo algo que sabes que quieres hacer. Y aprender a no tensarse con la propia torpeza y la propia vulnerabilidad», explica la profesora Cronin. Habilidades no solo aplicables a las relaciones románticas, como ella misma afirma: «No todo el mundo está llamado al matrimonio, pero todo el mundo está llamado a relacionarse. Eso es lo que comporta ser humano».

«The Dating Project: un documental para recuperar las citas»

Otro modo de ligar es posible: apostando por la comunicación cara a cara, por la sinceridad con uno mismo y con el otro; dejando de ver las relaciones chico/chica como una batalla sino como lo que son: relaciones, con todo lo que eso implica de respeto y confianza; equilibrando las expectativas y las exigencias —distinguiendo lo deseable de lo exigible, yendo a lo esencial, esto dará para otro post—; sin dejar que lo físico se lleve todo el protagonismo —y que acabe siendo solo eso— y sin miedo al compromiso.


Foto de sept commercial en Unsplash

9 comentarios en “Otro modo de ligar es posible

  1. Almudena dijo:

    Me parece interesantísimo, salí de una relación hace un tiempo y ahora mismo pienso que quizá no haya hombres que valgan la pena, y me parecería irresponsable formar una familia con una persona que no me convence. Creo que tanto hombres como mujeres debemos ser exigentes, pero también es verdad que es difícil encontrar un hombre en condiciones, lo veo en mi y en mis amigas. ¿quizá no estoy buscando en el sitio adecuado? Igualmente, muchas gracias por este artículo tan interesante, es para leerlo más de una vez, y meterse en todos los enlaces que propones. Me encanta tu blog, muy profesional, con muchísima información real, con datos… sigue así!

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    • Luzmaral dijo:

      ¡Hola, Almudena! Muchas muchas gracias por tu cariñoso comentario. Me alegro muchísimo de que el blog, y este post en particular, te sea de ayuda. Intento hacerlo lo mejor posible para poder reflexionar a fondo de estos temas y proponer una manera de vivir el amor que sea la mejor para las personas. Tal cual lo que dices de que tanto hombres como mujeres debemos tener unos estándares claros. Y me parece buenísimo lo de que es irresponsable formar una familia con una persona que no te convence… chapeau!
      Gracias de nuevo por comentar y perdona la tardana en mi respuesta. Un abrazo

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