Siempre lo decimos, y seguro que estáis de acuerdo con nosotros:casarse es una aventura. El noviazgo es la etapa que te prepara para ese paso, y también podríamos decir, como Chesterton, que toda la vida te prepara para ese momento.
Desde que Pablo me preguntó si quería casarme con él, empezamos a prepararlo todo. Teníamos seis meses por delante, ni poco ni mucho, pero no había tiempo que perder. Y desde el primer momento nos dimos cuenta de una cosa: además de toda la preparación material –todo eso estaba bajo control con los excel que había organizado Pablo con gran previsión– lo más importante era la preparación inmaterial.
En estos meses que llevamos construyendo juntos vamos aprendiendo mucho. El uno del otro, de lo que vemos, de los demás, de sabios consejos de gente sabia, de buenos libros, de pelis buenas, de tertulias, de conferencias, de la vida… Y como sois parte del gran día, queremos compartir con vosotros algo de lo que aprendemos por el camino.