Se puede ser santo siendo «un cristiano de a pie», en el día a día, en el matrimonio. Paquita y Tomás son el ejemplo de que esto es posible. De que si tienes vocación matrimonial, tu marido/tu mujer es tu puerta para el cielo. Ellos lo demostraron en su vida y ahora están en proceso de beatificación.

Les tenemos mucho cariño porque nos acompañan desde antes incluso de que empezáramos a salir. Todos los días les rezamos una estampa pidiéndoles por todo aquello que llevamos en la cabeza y en el corazón.

Además, son los padres de uno de lo grandes maestros que he tenido en la carrera: el filósofo Rafael Alvira.

Para saber más de su vida, pedirles por alguna causa, ver los testimonios de personas que les conocieron, etc, podéis  echar un vistazo a su página.