Sí, hasta yo misma me he asustado al poner el título de este post. Parece sacado de revistas para quinceañeras de cuyo nombre no quiero acordarme. Pero déjame que me explique.
Mi amigo Jon dice que los hombres son unos conquistadores pésimos y las mujeres unas seductoras nefastas. En resumen: no tenemos ni idea de ligar. La E.P.A. —Experiencia Propia y Ajena— me lleva a darle la razón. Yo reconozco que no sé ligar. La única vez que intenté conquistar a un chico, la cosa fue de mal en peor. Somos patosos, toscos, inventamos estrategias complicadas para conseguir excusas para volver a ver a la otra persona, nos falta sinceridad e ir de frente, como dice Lucía Be: «Menos whatsapp y más narices».
«¿Y si me olvido mis apuntes accidentalmente en su mochila?». ¿Ein? Es una de las peores excusas que he oído nunca. Un poco más directo —y mucho más normal— es “olvidarse” un paraguas y escribir al día siguiente para pasar a recuperarlo-y-ya-de-paso-me-invito-a-merendar-y-traigo-pastas-de-mi-abuela-y-echamos-la-tarde. Ya vimos que lo del lenguaje de los abanicos estaba pasado de moda.
Creo que la clave está en ser auténticos: todos deseamos que nos quieran como somos, pero no podrán hacerlo… si no nos mostramos como somos. Esto es muy fácil decirlo y más difícil concretarlo. Ser auténtico no es esforzarse por ser lo más original y diferente posible del resto del mundo. Ser auténtico es ser uno mismo, es la sinceridad en nuestras palabras y también en nuestros comportamientos. Y ser sincero no es ser un bocazas, o estar libre de cualquier clase de filtro, ni dejarte llevar simplemente por lo que te brota a cada momento…
Llegados a este punto, que no se nos olvide: todos tenemos defectos, cometemos fallos… Nadie debería escandalizarse por ello, pero puede pasar que las primeras veces que nuestro amado ve nuestra peor cara, el sentimiento de vergüenza y de querer huir es grande. Reacción comprensible aunque supone una buena oportunidad para que nos conozca un poco más: sí, también con esa parte menos atractiva de nuestro yo. Tiene sus peligros fingir que eres perfecta, y, además, la farsa aguanta lo que aguanta.
Por otra parte, ese despliegue de los propias imperfecciones no tiene por qué darse de un plumazo. El fiche de mi amiga María, tras unos meses de cafés, empezó a conocer la parte no-ideal de ella, y le echó en cara que no le hubiera contado antes que ella era así. ¡Error! Primero: la persona es todo, lo bueno y lo malo, que a ti se te haya pasado la emoción del flechazo y solo seas capaz de amar mientras no ves los fallos, es tu problema. Segundo: uno no puede ir por la vida diciendo en la primera cita «Hola, me llamo Segismunda, me muerdo las uñas, soy impaciente, perezosa y tengo caspa». No creo que sea el mejor modus operandi. La sinceridad, el darse a conocer al otro, no equivale a un: «Hala, te lo cuento todo de golpe y así ya no te llevas sorpresas luego». Los cafés, el tiempo amorfo y el noviazgo están para eso: para hablar, para conocerse los matices, para ver —como dice mi amiga Itziar— si eres capaz de reírte de los defectos del otro o, por el contrario, te sacan de quicio…
Siento desilusionaros, pero no tengo la lista de «qué hacer para que un chico se enamore de ti». En cambio, tengo la lista de «qué no hacer si no quieres que un chico se enamore de ti». No me la he inventado yo, es una recopilación de consejos fruto de la experiencia y de la sabiduría de varios amigos (a los que agradezco su colaboración para este post). Como en toda lista, la casuística puede ser amplia y en #makelovehappen estamos aprendiendo constantemente, así que cualquier comentario, matiz, añadido o tachado, es bienvenido:
- No le mires con ojos seductores… si no estás intentando seducirle.
- No le hagas sentir que es muy especial para ti.
- No le cuentes de tu vida cosas que le puedan impresionar, muy sinceras o vergoncérrimas (eso le haría sentirse muy especial para ti). Hay temas que solo le cuentas a tu madre, a tu mejor amiga, a tu novio… Hay niveles de intimidad. Como dice uno de mis amigos: «Creo que todos somos capaces de captar cuando alguien nos está abriendo el corazón más que a los demás», y eso está diciendo algo. Porque no ponemos en manos extrañas lo delicado, lo valioso que tenemos.
- No pases demasiado tiempo a solas con él, eso puede llevar al punto de contarle tu vida y milagros, a hacerle sentir muy especial, etc.
Y si lo que quieres es enamorarle… a lo mejor funciona haciendo lo que la lista dice que no hagas… Aunque, recuerda: no nos enamoramos a base de rellenar una check-list.
Si eres un chico y estás leyendo esto, te preguntarás: «¿Y qué hacer para que una chica se enamore de ti?». Eso queda para otro post. De momento, te dejo una frase de Descubriendo a Forrester: «La llave del corazón de una mujer es un regalo inesperado en un momento inesperado». 😉
4 comentarios en “Qué hacer para que un chico se enamore de ti”