Discusiones, dramas y otros enemigos del noviazgo

Cuanto más vivo, más lo pienso y más hablo con mis amigas recién casadas, más me doy cuenta: vivir un buen noviazgo es fundamental para un buen matrimonio. Y los solteros no vais a saberlo de verdad hasta que os caséis, sorry, pero mientras tanto, os animo a fiaros de que esto es una verdad como un templo. Por si no os resulto de suficiente autoridad, leed al genio de J.P. Manglano:

«El noviazgo bien vivido es garantía de una vida de amor libre y fecunda. Es preciso cimentar bien la vida matrimonial. Es urgente que recuperemos el sentido de ser novios, esa temporada privilegiada en la que el amor se va haciendo cada vez más referencial —más referido al otro en cuanto otro—, en la que el otro va pasando de ser ocasión de que me encuentre enamorado, a ser causa de que yo ame»

El amor se construye, y se construye desde el primer momento. No hay que esperar a que la última mariposa de tu estómago muera; de hecho, es mucho más sabio aprovechar el impulso del momento de enamoramiento, ese punto de «por ti iría al Polo Norte en pantalón de deporte», de escribir versos encendidos, de mirar el móvil antes de irte a dormir feliz con el «buenas noches» de tu amante… aprovechar ese impulso de la cuesta abajo para empezar a pedalear y tener energía para la cuesta arriba. Porque el amor es regalo y es construir.

Alguno podrá decir: «Vale, muy bien. ¿Y esto cómo se concreta para que no se quede en palabras bonitas?». Por si sirve de ayuda, os dejo una lista de cosas que no construyen un noviazgo:

Discutir por whatsapp

Discutir podría decirse que es necesario. No siempre lo vais a ver todo de la misma manera, y es sano ese intercambio —siempre respetuoso— de puntos de vista hasta llegar a un consenso. Lo que no es ni necesario ni bueno es discutir por whatsapp. Esos «escribiendo…» que duran minutos eternos para resultar en un «ok», «pues vale», «muy bien»; ese no poder mirar el rostro del otro y ver cómo le afectan tus palabras; esos emoticonos fríos que dicen muy poco, o que incluso pueden decir lo que no sientes; no poder escuchar el timbre de voz tembloroso/indignado/al borde del llanto… Lo mires por donde lo mires, es nefasto.

Si no lo hacéis: enhorabuena, no lo hagáis nunca.

Si lo hacéis: dejad de hacerlo. Ya. Ahora mismo. Marcará un antes y un después en vuestra relación, os lo prometo. Haced un pacto de nunca más discutir por whatsapp. Si lo tenéis muy arraigado podéis poneros de acuerdo en utilizar una palabra-dique y que quien esté más sereno la utilice para cortar. Probad con “cacahuete”.

Despedirse cada día sin haber hecho las paces tras un enfado

El perdón es un must en una relación. Y tras un enfado, cuanto antes, mejor. Lo han dicho muchos grandes: “Que no se ponga el sol sobre vuestro enfado” y “Nunca terminéis la jornada sin hacer las paces”. Mi amigo JR dice que es de esas cosas que compensa ir entrenando: en el noviazgo discutís y cada uno a su casa y “como si nada”, pero en el matrimonio… no puedes irte a dormir con tu “enemigo”; y esto de perdonar con rapidez no se improvisa.

Vivir el noviazgo como si fuera ya un matrimonio
(el noviazgo no es un matrimonio a prueba, como escribí en este post)

Claro que os queréis mucho y queréis pasar toda la vida juntos, pero la realidad del noviazgo es que aún no estáis casados. El noviazgo es, por definición, temporal, transitorio. El matrimonio es, por definición, para siempre. Aunque lo primero te prepara para lo segundo, son esencialmente distintos. Hay conversaciones, intimidad, tiempos, proyectos y demostraciones de cariño que compartes con tu novio… y hay otro grado de conversaciones, de intimidad, de tiempo, de proyectos y de demostraciones de cariño que compartes con quien ha puesto su vida en tus manos y tú has hecho lo propio con la tuya. No vale la pena quemar etapas, ni vivir lo propio del matrimonio antes del matrimonio. Carpe diem, disfrutad el momento. Esto, entre otras cosas, es bueno porque, si llega el día en que es mejor cortar la relación —y a veces llega, y a veces es lo que tiene que ser—, doler dolerá siempre, pero lo que es terrible es la sensación de: «Nuestros caminos se separan y él se va con cosas de mí que jamás deberían haber sido suyas».

El exceso de drama en las discusiones

Puede que tengas una Lady Drama o un protagonista de telenovela oculto en tu interior. Esto depende de temperamentos pero, si es tu caso, te aconsejo dos cosas: 1) que tu amante sea una persona descomplicada, sencilla y paciente; 2) no alimentes a ese yo dramático. El 1) no siempre tiene por qué darse. El 2) es una meta a la que tender. Por propia paz interior en primer lugar. Algo muy bueno contra el exceso de drama es una buena dosis de buen humor. Ríete de ti mismo y, si has sido el desencadenante de la tormenta, comparte tu motivo de risa con el otro: «¿Pero te das cuenta de por qué tontería hemos acabado así?». Tal vez al principio no seas capaz de hacerlo sobre la marcha. Hazlo después, aunque sea una semana después. Ríete, no te tomes tan en serio, reconoce tus puntos débiles, ¡y a por ello! Eso sí, mientras lo consigues, intenta eliminar de las discusiones acaloradas frases de esas de las que luego te arrepientes y que pueden hacer mucho daño: «Pues a lo mejor es mejor que lo dejemos», «Es que todos/as sois iguales», «No confiaré nunca más en ti», «Yo siempre he estado pendiente, no como tú», «No volveré a creer en el amor»…

La falta de sinceridad

Ya comentamos hace unos meses que el despliegue de la intimidad debe ser progresivo. No se trata de contarle toda tu biografía al otro en las cinco primeras citas. Pero ojito con las mentiras, en nuestras palabras y/o en nuestras acciones. Puede haber falta de sinceridad sobre el pasado y sobre el momento presente que vivís juntos, pero también sobre el futuro: Si la otra persona te habla de planes de futuro, y a ti te entra el canguelo, pero te callas como un muerto y te limitas a asentir… eso no pinta bien. Si te mueres de miedo, dilo, pero callarse es de cobardes al cuadrado.

Pretender que la otra persona encaje en mi idea de novio/a perfecto/a sin dejar que sea ella misma

Es curioso lo que puede ocurrir en ocasiones: Te enamoras perdidamente de alguien y serías capaz de cantarle a todas horas «… you are amazing, just the way you are». Pero según avanzáis en la relación, la otra persona te parece cada vez menos perfecta y más alejada del ideal de novio/novia que teníais en tu cabeza. Si no pones amor del bueno, cuando las mariposas mueran sucederá el clásico «se acabó el amor». Primer paso: pincha el globo y atrévete a descubrir a la persona real, aprende a encajar el descubrimiento de sus defectos y sus manías, pero no dejes de asombrarte por todo lo bueno que tiene, que una vez lo viste y, si ahora no lo ves, es porque el que tiene un problema en la mirada eres tú.

Un error que puede suceder también en este ámbito es que él pretenda que su novia es su mejor amigo, y/o que ella pretenda que él es su mejor amiga. Mira, no: Ella tiene que ser tu mejor amiga. Él tiene que ser tu mejor amigo. Es diferente.

Y, por supuesto, dentro de este punto también está el comparar con otras relaciones —si has tenido— o con relaciones ideales que habitan en tu imaginación. No, de verdad, los seres humanos somos únicos en nuestra especie, cada uno de nosotros. Déjate sorprender.


¿Qué otros enemigos del noviazgo pensáis que hay y cómo se puede luchar contra ellos?
Vuestras ideas y vuestra experiencia son muy bienvenidas. Ya sabéis que esto es lo que aprendemos por el camino… 😉

14 comentarios en “Discusiones, dramas y otros enemigos del noviazgo

  1. Daniel San Juan dijo:

    Como siempre ¡genial!
    +10000 a lo de las discusiones por whatsapp. Añadiría que no solo discusiones: tampoco tratar temas importantes, ni dar consuelo en momentos difíciles, etc. Exactamente por los mismos argumentos. Si surge, escribes «voy a por ti», y vas. Y a una mala «te llamo», y llamas. Lo importante en la vida siempre es personal, y hay que hablarlo en persona, no tras la pantalla.
    #MisPedalesConElWhatsapp
    ¡Gracias por tus posts Lucía!

    Le gusta a 1 persona

Lo que aprendemos por el camino, muchas veces lo aprendemos con los demás... ¿Qué te ha parecido este texto?

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s