El tiempo amorfo

«Según la E.P.A. (Experiencia Propia y Ajena) existe un tema a tener en cuenta: los peligros de lo que llamo “tiempo amorfo”. Ese limbo de una relación en la que sois más que colegas pero aún no-novios (los no-no’s, como dice un amigo mío)» (Del post Un café no es una propuesta matrimonial)

¿Es malo el tiempo amorfo? No. Es una etapa, una fase que suele estar presente en las relaciones . Esa especie de tiempo muerto-extraño-chungo en la que sois casi novios, pero aún no. Es un periodo transitorio, claro, y nadie ha muerto de eso —que yo sepa— pero después de consultar con la E.P.A. he llegado a la conclusión de que es algo que hay que pensar, aunque sea un poquito. Voy a intentar hacerlo con este post, pero cualquier comentario, experiencia o sugerencia que enriquezca la reflexión, será bienvenida. Ya sabéis, esto es lo que aprendemos por el camino.

¿Qué peligros tiene esta etapa? ¿Cómo saber si es el momento de salir del tiempo amorfo? ¿Cuándo pasamos del «podríamos ser novios» al «somos novios»? ¿Cómo vivimos ese proceso?

El tiempo amorfo no es malo, pero tiene sus peligros, que hay que conocer y saber cómo afrontarlos.

Para empezar, párate y piensa: «Si estoy a gusto con esta persona, me gusta, incluso podría decir que estoy enamorado, he contestado afirmativamente a las tres preguntas de ¿Qué es lo que quiero cuando quiero salir contigo?, ¿por qué no damos el siguiente paso?»

  • Asegúrate de que no es por cobardía. ¡Viva la sinceridad! En primer lugar, con uno mismo. ¿No me implico más porque me mola este rollo de salir con alguien pero sin demasiado compromiso, o por qué?
  • A veces hay obstáculos de algún tipo. Por ejemplo: una relación anterior que aún tiene que cicatrizar o unas oposiciones que quieres aprobar y no tienes tiempo de nada, o que estáis cada uno en una punta del planeta y preferís conoceros en persona un poco más…
  • No estás seguro al 100%. Y temo decirte que es muy posible que nunca lo estés. Tampoco te agobies. Comenzar un noviazgo es un paso importante, pero no es casarse. Tampoco vale un «Bueno, no sé muy bien, pero por probar…». ¡Error! Recuerda: con las personas no se juega y a las personas no se las prueba. A las personas se las quiere.
  • «Tenemos que conocernos mejor». ¡Genial! ¡Adelante! Puede que necesitéis un par de cafés o gin-tonics más antes de pasar a la siguiente fase.
  • «No me lo ha pedido, pero vaya, es que nos miramos a los ojos, y lo sabemos». Ajá. Genial. Muy romántico. Pero, mira a ver que el romanticismo no oculte huida del compromiso. Últimamente varias amigas me han contado casos de lo que yo denomino “tíos cagaos” —siento la malsonancia—, tíos a los que les falta un poco de garra, de audacia, de decisión, de… ¿madurez? [Antes de que alguien se me queje: sí, seguro que también hay chicas así, pero los casos que he conocido recientemente son de chicos, sorry] Y es verdad que no hace falta una petición super formal, ni llevar mariachis bajo la ventana de nadie —aunque es una buena idea—, pero es importante que al menos vosotros dos sepáis lo que sois, dónde estáis y hacia dónde os dirigís. No vaya a ser que una de las partes se esté montando una peli y luego haya derramamiento de lágrimas.

«Si estamos en una situación en la que no podemos salir del tiempo amorfo, ¿cómo podemos vivirlo?»

  • Sinceridad. Parezco un disco rayado pero es que es vital. Esto no significa que todos y cada uno de los días os tengáis que autoanalizar y haceros la pregunta de «y hoy, ¿qué somos?». Sinceridad para, si en algún momento una de las dos partes ve que es mejor recular: decirlo. No vale la táctica de la avestruz. Ni hacerse el muerto —una amiga de una amiga, cada vez que un chico, después de un par de quedadas, desaparece del mapa, comenta: «A mí se me mueren todos los pretendientes, un día estoy tomándome una caña con ellos, y de repente al día siguiente no contestan, no cogen llamadas, no los ves por ninguna parte».
  • El lenguaje del cuerpo: que tu cuerpo también sea sincero y no diga con sus gestos lo que no quiere decir. Es normal que quieras comerte a besos al otro. Estáis en una etapa muy bonita de descubrimiento mutuo, de emociones, de deseos más o menos manifiestos… Pero dejar la pasión desbordada no ayuda a ver las cosas claras, ni a tomar decisiones, ni nah. Seguro que conocéis casos tipo «Como la otra noche nos besamos, pues ya somos novios». ¡Error! La gente madura toma las decisiones con la cabeza y el corazón, no llevada por la emoción del momento. No os penséis que estoy en contra de los besos. ¡Me encantan los besos! Pero creo que tienen un significado que no es justo confundir.
  • Ya sabéis mi lema: el amor se construye. Se construye en cada una de sus etapas. Lo que no puedes hacer en el tiempo amorfo —bueno, ni nunca, si quieres tomarte esto de amar en serio— es acomodarte en un «que todo fluya” y, que en el momento en que deje de fluir por su propia inercia, pases a otra cosa, mariposa. Si la relación no va a más, que no sea porque no lo habéis intentado.

«¿Y cómo y cuándo salimos del tiempo amorfo?»

  • No hay prisa, pero tampoco eres inmortal. Es peligroso generalizar los tiempos. Me producen, personalmente, cierto repelús las fórmulas tipo: “Dos meses antes de empezar a salir, y tres años de noviazgo antes de casarse”, o similares… Hay gente con matrimonios muy felices después de 11 meses de noviazgo, también los hay después de 7 años… Lo importante es que os conozcáis lo suficiente para dar el siguiente paso sin ir al tuntún —ya sea empezar a salir o recular—. Según la E.P.A. encontrar el equilibrio durante el tiempo amorfo resulta bastante complicado, por lo que el sentido común se inclina a pensar que mejor no alargarlo demasiado.
  • Con valentía y sin miedo al compromiso, comiéndote las excusas.

«Porque querer es esto:
Querer es decidirse,
es tomar una entre las cosas bellas;
es llenarse de luna
y renunciar a todas las estrellas»
(José María Pemán)

 

15 comentarios en “El tiempo amorfo

      • Maty M dijo:

        Oye que chévere tu post !!! te cuento que nunca se me había muerto ninguno, hasta hoy ! cuando lo vives no lo puedes creer!!! y peor teniendo amistades en común!! Para invitarme a salir me bajó toda la corte celestial jaja, me dijo que él era basicamente San José y yo la Virgen María!!!! que me había buscado toda su vida y que nunca me iba a soltar jajajaj y luego se borró del mapa!!! lo interesante claro no le dí ni medio beso !! pero ahora a seguir intentándo makelovehappen!!!

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      • Luzmaral dijo:

        ¡Hola, Maty! Perdona el retraso en contestar. Vaya, siento lo de tu «fallecido».
        Claramente, personas así de volátiles, mejor lejos. ¡Mucho ánimo! Y, por supuesto, ¡ #makelovehappen ! Un abrazo grande

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  1. Marival dijo:

    ¡Hola, Lucía! No sé si recordarás que hace tiempo te escribí, ya te dije que me vino genial tu reflexión sobre el «tiempo amorfo». Hoy puedo decir con mucha alegría que salí de él… bueno, ¡salimos! Creo que gracias a que vivimos bien ese tiempo (que entiendo que es distinto en cada caso particular, y será más o menos corto según las situaciones personales), hemos comenzado un noviazgo maravilloso. No acostumbro a contar mi vida en la red, pero en este caso lo comparto por si le sirve de algo a alguien, igual que a mí me está sirviendo lo que has publicado hasta ahora. Seguiré cada post con mucho interés porque, además de ayudarme, ¡da gusto leerte! ¡Mil gracias!

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    • Luzmaral dijo:

      ¡Hola, Mariva! ¡Qué ilusión leerte por aquí también! (Y perdona que no te contesté al otro mensaje… lo dejé para cuando «tuviera tiempo» y tengo que asumir que esos momentos no suelen llegar… jajaja). Mil gracias por tu comentario y, sobre todo, ¡cómo me alegro de lo que me cuentas! Muchas felicidades y ¡a seguir construyendo el amor! Un abrazo grande

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  2. Clara dijo:

    Leyendo este post, me ha venido a la cabeza una metáfora que me comentó una amiga para hablar del tiempo amorfo, que creo que es bien cierta. Ella lo denominaba «tiempo rotonda», más concretamente decía «Cuidado con los chicos rotonda. Van dando vueltas y nunca toman una salida».
    ¡Gracias por el post!

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