«Nada es verdadero, todo es relativo»… ¿o no?

«Nada es verdadero, todo es relativo. Nada es verdadero… salvo este axioma». Recuerdo leer este "chiste-reducción al absurdo" en un folletito en mi adolescencia.  Creo que desde entonces me quedó claro que el relativismo (y sus primos-hermanos: el escepticismo, el emotivismo y el subjetivismo) era un sinsentido. Nos lo topamos de maneras diversas hoy en día. Seguramente alguna vez te hayan dicho eso de que «No puedes hablar de algo que no has vivido». En este post también hablo de por qué es difícil ser relativista en la práctica, qué consecuencias tiene en nuestras relaciones y el problema de una moral basada en los deseos (y de querer convertir los deseos en derechos). También me pregunto si hay alguna solución para este relativismo galopante.