Nacho Cano tenía razón: «Las cosas se complican si el afecto se limita a los momentos de pasión». «Hace falta mucha ternura en el matrimonio», había escrito ya Karol Wojtyla muchos años antes de que Cano sacara su preciosa canción. ¿Esto es así? ¿Por qué? ¿Todos necesitamos ternura?
Se suele oír mucho sobre asuntos como “satisfacción sexual” o sobre la “frecuencia con la que se hace el amor”... pero se dice poco de la importancia de hablar sobre sexo con tu pareja. Hace años que el sexo ya no es un tema tabú, pero nos falla la comunicación, y nos falla en este tema porque nos falla en general.
Si eres de los que ha optado por el sexo de verdad (es decir, por esperar al matrimonio), ya sabes que esta decisión no va de aguantarse, sino de querer, de aprender a querer, también con el cuerpo, cada vez mejor. La sexualidad forma parte de cada uno de nosotros y no es sano anularla. ¿Se puede vivir una sexualidad satisfactoria en el noviazgo y que eso sea compatible con esperar al matrimonio? Sí. Voy a intentar explicar un poco el cómo, teniendo en cuenta cuatro aspectos: el amor del bueno, el placer, las situaciones y la espontaneidad.
Sí, claro que quieres hacer el amor con tu novio, con tu novia. Si has decidido esperar a tener relaciones sexuales al matrimonio no es porque la otra persona no te atraiga. Es porque aspiras a un amor del bueno, a una entrega total, sincera y de verdad. Pero, ¿esperar tiene sentido? Te lo cuento.
