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Por qué no vivir juntos antes de casarse es una buena opción (Parte II)

En el post anterior he intentado explicar que algunas razones que se suelen considerar al decidir si vivir juntos antes de casarse no tienen tanto peso como podría parecer: no es imprescindible la convivencia para saber si te quieres casar o no, convivir en una situación provisional —”por probar”— no te prepara realmente para una decisión permanente y, además, existe el riesgo de las diferentes expectativas que pueden ensombrecer el proyecto en común.

Por otro lado, hay otros motivos —de mucho menos calado— por los que puedes plantearte convivir antes de casarte, pero que tal vez no sean tan buena idea:

 

Para ahorrar

¡Qué duda cabe que pagar un alquiler entre dos es más barato que pagar dos alquileres! Pero ¿es motivo suficiente para tomar una decisión tan importante como empezar la convivencia con la otra persona? A veces es “un motivo más”, no el único, pero ojo al peso que tiene ese motivo en el paso que vais a dar. ¿Es lo principal? ¿Si pudierais pagar dos alquileres holgadamente elegiríais esa opción también? Asegúrate de que tomas la decisión libremente y no empujado por circunstancias externas.

 

Para intentar arreglar una relación que se desmorona

¡Error! Las crisis hay que afrontarlas de manera madura, no poniendo parches ni saliendo por la tangente. Si ya existe una cierta brecha entre los dos, la convivencia no va a solucionarlo, ni mucho menos. La convivencia es una experiencia maravillosa, pero cuando hay afán por construir la relación. Si partimos de unos cimientos tambaleantes y nos metemos en un  “vamos a probar”, en vez de “vamos a arremangarnos y a arreglarlo”, el vivir juntos puede ampliar la distancia. Es como pensar que casarse solucionará por arte de magia los problemas, o que tener un hijo servirá para volver a unir a la pareja. No. Antes de dar ningún paso más, arreglad lo que haya que arreglar.

 

Porque después de X años juntos, es “lo que toca”

¿Tomar la decisión por inercia? ¿Porque otros amigos que llevan X años ya lo han hecho? ¿Porque se supone que es lo que la gente hace?

Esta dinámica de “porque toca” no es la ideal para una relación y presenta el riesgo de que resulta fácil que continúe en los siguientes años y en las futuras decisiones:

Las parejas que cohabitan tienen más dificultades para considerar con objetividad su relación, y pueden «deslizarse hacia el matrimonio«, no porque estén convencidas de que es lo que hay que hacer, sino debido a que ya están viviendo juntos. (Esta idea la desarrolla en su blog «Sliding vs Deciding» y en sus estudios el investigador Scott Stanley).

Además, si te das cuenta de que no es la persona… al final es mucho más difícil cortar si estás cohabitando. Como dice este vídeo, es mejor hacer cosas que te unan, no que te “encadenen” a la relación, en una fase en la que aún no has tomado la decisión de comprometerte para siempre.

 

«Es como si estuviéramos casados»

¿Y entonces por qué no os casáis? A veces el problema es que se ve el matrimonio como solamente un contrato, un papel que hay que firmar. Creo que es interesante volver a rescatar la diferencia esencial entre noviazgo y matrimonio. Aunque en el matrimonio exista la convivencia eso no quiere decir que la convivencia haga el matrimonio. El matrimonio lo crea el compromiso y la entrega de quienes se casan. Además,

«el noviazgo es un camino, una preparación, y por eso es un estado provisional, temporal. El matrimonio tiene en sus raíces el “para siempre”. El noviazgo tiene el “para siempre” en sus deseos, pero no es una realidad aún. En el noviazgo hay amor mutuo y un proyecto de compartir tu vida con el otro, pero es solo una idea. En el matrimonio hay amor mutuo y esa idea pasa a ser una realidad. El amor del matrimonio es un amor de entrega total, y, lógicamente, el ámbito donde puede darse una entrega así es en el “para siempre” comprometido, no solo en el “para siempre” soñado»

Bradford Wilcox, director del National Marriage Project en la Universidad de Virginia, señala que también se ha producido un cambio en la forma de entender el matrimonio, «en vez de considerarlo el comienzo de una etapa (la madurez) en la que seguir aprendiendo, se percibe como la coronación de unas expectativas personales de tipo afectivo, que cuando no se cumplen dejan sin sentido el vínculo».

 

Porque una boda es muy costosa y mientras tanto ahorramos…

¡Otro error! Una boda puede ser un gran desembolso, pero también puede salirte a 0 euros. Eso depende totalmente de lo que decidáis. Retrasar casarse para ahorrar para la boda es una opción, claro, cada cual que monte la boda que quiera, pero eso no implica necesariamente que tengáis que vivir juntos mientras ahorráis. Como apuntan los diferentes estudios, eso también tiene un coste, aunque no sea económico, para vuestra relación.

 

No vivir juntos antes de casaros puede ser lo mejor para vosotros

No vivir juntos antes de casarse puede resultar bastante contracultural, es cierto, pero creo que es una cuestión en la que interesa tomar las decisiones por los motivos correctos, independientemente de lo que haga el resto de la población, de lo que te digan tus amigos o tus padres.

Scott Stanley propone algunas preguntas que hacerse cuando una pareja se plantea irse a vivir juntos:

«¿Qué pensáis que pasaría si le dijerais a vuestra pareja que no queréis vivir con ella hasta el matrimonio, o al menos hasta que exista un compromiso?»

«¿Habéis hablado sobre lo que significa vivir juntos? ¿Los dos veis esto como un paso hacia el matrimonio?»

«¿Os vais a vivir juntos para poner a prueba vuestra relación?»

Ideas similares a las que propone Bradford Wilcox.

Casarse tiene también sus riesgos, claro que sí. Algunos autores lo comparan con un salto sin paracaídas en el que te fías solamente de la persona a la que le entregas tu vida. Yo suelo decir que es una aventura en toda regla.

Como en toda apuesta si lo que pones en juego es mucho, lo que arriesgas es mucho. Siendo así, creo que resulta más lógico —y más justo— apostar cuando sabemos que los dos estamos arriesgando lo mismo.

Pensad qué riesgos queréis correr, si preferís afrontarlos juntos o separados, o semi-juntos… Pensad qué puede ser mejor para vuestra relación, qué os ayudará a quereros más y para siempre.


Por qué no vivir juntos antes de casarse es una buena opción (Parte I)


Foto de Toa Heftiba en Unsplash

6 comentarios en “Por qué no vivir juntos antes de casarse es una buena opción (Parte II)

    • Luzmaral dijo:

      Hola, Inma
      Muchas gracias por tu comentario.

      Lo cierto es que he escrito estos posts sobre “Por qué no vivir juntos antes de casarse es buena opción” básicamente por dos motivos:

      1. Porque después de leer, investigar, hablar con gente, etc, sobre este tema, me inclino a pensar que la opción de no vivir juntos antes de casarse es más conveniente que la otra. De hecho, es la opción que elegimos nosotros y no lo habríamos hecho así si no hubiera sido porque veíamos más ventajas en una que en otra☺️.
      Sin duda, como comento al final del post, ambas opciones tienen sus riesgos, el punto es ver qué riesgos queremos tomar y cuáles son mejores para nuestra relación.
      Por los diferentes argumentos que expongo en ambos posts, me inclino por la opción de no convivir antes.

      2. Por otra parte, justamente los argumentos a favor de la cohabitación creo que son muy conocidos y se pueden encontrar artículos sobre eso sin problema, algo que no pasa al contrario. Por eso me parecía interesante abordar el otro punto de vista. De todas maneras, en cierto sentido los argumentos a favor están expuestos en el artículo solo que luego les saco las “pegas” que pueden tener… 😬

      ¡Gracias por leer y comentar!☺️

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  1. Raymond Crown dijo:

    Me gusto mucho y lo envié a mi hija. Piensa vivir con su novio sin casarse. Me agradeció le enviará el post. Creo abordan el tema con mucha lógica y sin dejar cabos sueltos.

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