makelovehappen-hacer-el-amor-comunicacion

Hacer el amor: conversaciones para uniros más

¿Hablar sobre sexo? ¿No es la manera definitiva de quitarle todo romanticismo y espontaneidad al asunto? Esther Perel comenta que los hombres y las mujeres a veces caen en la trampa de pensar que si hay que hablar sobre este tema eso significa que no hay buena conexión sexual: «¿Qué tal si lo repensamos? ¿No tiene más sentido que si sientes que puedes comunicar de manera abierta y con confianza lo que quieres eso es un signo verdadero de una buena conexión sexual?». 

La comunicación sirve para conocerse sin miedo, y esto, como dicen en Sexo para inconformistas, ayuda a que los dos estén relajados «ya que no se tiene que fingir lo que no se es».

Hace unos años ya escribí sobre la importancia de hablar de sexo, pero ahora quiero complementar ese post con algunas ideas más, por si os sirven para esas conversaciones:

¿Cuándo hablar de sexo?

Hablar de sexualidad no solo cuando hay problemas o no nos hemos entendido sino también como un tema recurrente para comentar de vez en cuando. Cuando hablo de comunicación siempre recomiendo tener esas conversaciones de fondo: «¿Cómo nos estamos queriendo? ¿Qué podríamos mejorar? ¿Eres feliz?». Pues lo mismo con este tema. Las conversaciones no pueden ser únicamente para determinar si “hoy sí / hoy no”. Tal vez alguno (o ambos) sea más reservado y le cueste hablar de este tema, pero no puede ser un asunto tabú: «No permitas que el miedo evite la comunicación sincera. Eso es lo contrario a la intimidad», dice Katy Faust en este vídeo.

Es importante encontrar el momento adecuado y saber adaptarse al otro. Hablar de sexo no es lo mismo que organizar la logística de la semana. Requerirá un momento de más calma, más descansado. A lo mejor ayuda avisar con antelación: «Oye, ¿qué te parece si esta noche abrimos un vinito y hablamos de cómo estamos queriéndonos?». Así no le llega la pregunta al otro de sopetón, que tal vez podría descolocarle. Con más motivo si lo que queremos decir es especialmente delicado o no excesivamente positivo: es importante expresar los deseos como deseos, no como reproches (esto lo aprendí de María, escribiendo Más que juntos).

¿De qué hablamos?

De todo: de lo que os gusta y de lo que no, de lo que os preocupa, de lo que significa para vosotros esos momentos de intimidad, de vuestras expectativas… En general se llama “incompatibilidad sexual” a lo que en realidad es una diferencia en los gustos, o una falta de comunicación, o tener expectativas diversas… todos ellos son aspectos que es normal que se den pero que se pueden trabajar y no suponen escollos insalvables. Por eso es importante estar al día en este tema con cómo estamos cada uno, actualizarnos constantemente porque lo que nos gusta puede ir variando no solo por temporadas sino también a lo largo del ciclo de la mujer. En este post os recomendaba la dinámica que propone Jokin de Irala en su libro, sobre hablar de inquietudes, significados, expectativas. A los enunciados relacionados con esto, una vez casados, añadiría el apartado de hablar de los gustos.

¿Y si hay algo que no va bien?

A veces las conversaciones sí que tendrán que ser sobre cosas que no están yendo bien en nuestras relaciones. Un consejo que escuché una vez es empezar diciendo lo bueno, lo que te gusta, con lo que disfrutas más, lo que te hace sentir más querido y deseado y unido al otro; no como estrategia sino por ponerlo encima de la mesa en la conversación, que sea el marco en el que el resto de cosas se van a hablar, dejando claro el peso que se le da a cada aspecto.

En estas conversaciones, como en todas en las que hablamos sobre aspectos de mejora en la relación, no podemos pretender resolver todos nuestros problemas en una conversación. Tal vez tengamos que hablarlo en diferentes momentos. Tampoco podemos pensar: «Ah, como ya se lo dije la otra vez, ya habrá cambiado»; porque las personas vamos madurando y creciendo a veces muy poco a poco, y necesitamos tiempo y paciencia. Tener una conversación no es como darle a un botón que te arregla los problemas automáticamente; aunque sí es abrir la puerta a empezar a solucionarlos. En todo caso, si el problema persiste y no sois capaces de solucionarlo: no dudéis en pedir ayuda a un profesional que os pueda aconsejar bien, acorde con vuestra idea de matrimonio y con el significado que le dais al sexo.

Un método que ayuda

En las parejas que usan métodos naturales de reconocimiento de la fertilidad, generalmente estos métodos propician conversaciones de manera más habitual sobre estos temas y entrenan al matrimonio en su capacidad de hablar de sexualidad de manera natural y habitual. Os hablaba más de esto aquí y aquí.

Antes, durante y después

Aprender a ser buenos comunicadores sobre este tema fuera del acto sexual nos entrena también para ganar en confianza, tranquilidad y serenidad para poder expresar nuestros deseos y nuestras preferencias durante la propia relación sexual. Cada pareja tendrá que encontrar su mejor manera de comunicarse en los momentos de intimidad y qué es lo que mejor les va (a algunos les puede parecer que “corta el rollo”; para otros, hablar de intimidad justo después de haber hecho el amor es el momentazo…), y sin olvidar que la comunicación no siempre tiene por qué ser verbal.

Recuperar la risa

Como ya os contaba aquí, una idea que aprendí de C. S. Lewis. No solo el buen humor al hablar de estos temas (siempre con cariño, sin ironías que pueden herir, y más en un tema así de importante) sino también la risa en el acto sexual. Sirve para quitar tiranteces, para aprender a encajar los imprevistos (“teníamos muchas ganas y de repente el niño llora”), para no tomarnos tan en serio que acabamos buscando culpables de por qué la relación no ha cumplido “ciertos estándares”…

Lewis hablaba de los anuncios publicitarios de su época, que pintaban «todo el asunto en términos de rapto, intensidad, de apasionada languidez; rara vez hay un atisbo de alegría». Creo que lo mismo podría decirse ahora, y también de las películas y las series. Pero qué sano es saber reírse de uno mismo y reírse con tu pareja de baile, de los pisotones sin querer, de la torpeza de quienes están aprendiendo los primeros pasos o que ya son veteranos pero han llegado agotados a la pista de baile; reírse de cuando te doy con el codo al pasar el brazo, cuando te despeino al hacer un giro; de cuando habías hecho un gesto con el brazo con el que parecía que querías darme una vuelta pero lo he interpretado mal o tu gesto ha sido confuso.

Lucas Fennell dice que «El sexo es el clímax de una gran comunicación». Y si la comunicación es conexión, ¿qué manera más única y preciosa tenemos para comunicar con el cuerpo un amor tan grande?


Foto de Toa Heftiba en Unsplash

2 comentarios en “Hacer el amor: conversaciones para uniros más

Lo que aprendemos por el camino, muchas veces lo aprendemos con los demás... ¿Qué te ha parecido este texto?

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s