¿Cómo hacer la vida del matrimonio más alegre?
Hace poco me llegó esta pregunta por el formulario de contacto del blog y me pareció buenísima. En este post voy a intentar contestarla, aportando también algunas ideas prácticas.
En este post ya os hablé de que la alegría es regalo y es construir, que no hay que confundirla con la espontaneidad primaria, que se vive mejor si pasamos “del drama a la comedia”, que no es incompatible con las crisis y los escollos, que a veces lo que toca es estar triste y algunas ideas más sobre la alegría en general.
¿Por qué es importante la alegría en el matrimonio? Porque la alegría es fruto del amor y si notamos que nos comienza a faltar, hay que parar, ver qué está pasando y ponerle remedio.
Como os contábamos María y yo en Más que juntos:
¡Ojo! Cuando nos vemos en una situación en la que decimos “me está costando, tengo que tirar de voluntad”, esto es una señal de que debemos echar leña para que el fuego del corazón se vuelva a avivar. No podemos quedarnos solamente en la voluntad, porque nos venimos abajo y nos rompemos.
Aunque no es lo único, toda la parte afectiva es muy importante, no solamente no debemos despreciarla sino que hay que alimentarla. La clave está en saber acompasar cabeza, voluntad y corazón, precisamente en base a ese compromiso, que hace que sigamos apostando y trabajando en esta relación.
Porque apostar por un amor para siempre no es resignarse a “aguantar”, sino a amar cada día más y mejor, y empeñarse en hacerlo crecer. Y, con todo esto en cuenta, disfrutar por el camino. No se puede vivir el matrimonio como aguantando la respiración, o con los puños apretados y los dientes rechinando.
Cuando falta la alegría y el disfrutar, es más fácil que todo pese más, especialmente los escollos —pequeños o grandes— que podemos encontrar a diario. Si estamos en un momento en que nos sentimos menos en sintonía, menos equipo… aumentan las probabilidades de que, al toparnos con una contrariedad, ese obstáculo agigante más la distancia en vez de afrontarlo juntos, de la mano o, como dice Enrique García-Máiquez en esta columna magistral, espalda contra espalda. Se viven de manera distinta si estamos en la misma onda, felices, que cuando estamos más susceptibles, malhumorados y con la mecha corta a la hora de echar culpas fuera o recriminar faltas.
La alegría, además, es una virtud, y esto implica que todos, sea cual sea nuestro temperamento y nuestro carácter, podemos trabajar en ella para incorporarla a nuestra vida. No vale justificarse con que uno es más dementor de serie, o porque el mundo le ha hecho así, o que la vida se lo ha puesto más difícil…
Seguro que os acordáis de la Filosofía del instituto: las virtudes son «hábitos operativos buenos» que se consiguen con la repetición de los actos propios de la virtud en la que uno quiere trabajar, porque, dato importante, «una golondrina no hace verano».
Sin irse a grandes problemas ni tragedias, el día a día matrimonial ya tiene suficientes torbellinos, caos y obstáculos que saltar. ¿Es posible mantener la alegría en medio de todo eso? ¿Es posible disfrutar en medio del caos? Y si sí, ¿cómo?
Os comparto en este post algunas ideas que pueden servir para disfrutar del día a día del matrimonio, para soltar la carga que a veces se nos va acumulando sin darnos cuenta y nos sepulta esa ligereza que da la alegría (no pretendo abarcar todas las casuísticas, es un sencillo compendio que os puede dar ideas y de ahí buscar vuestro propio modo de hacer las cosas).
Ideas de fondo
Algunas ideas más de base que pueden servir de entrada:
- Distinguir las rutinas buenas de la rutina mala. Saber cómo potenciar las primeras y cómo sortear la segunda. Aquí más: «Comerse la rutina».
- A veces cuando se habla de comunicación en la pareja parece que la comunicación es una simple herramienta para solventar conflictos. Pero es mucho más que eso. Y es importante disfrutar comunicándonos. Te cuento cómo en este post.
- Pero también es cierto que muchos roces ni siquiera se producirían con una buena comunicación en el matrimonio. Por otra parte, ¿qué hacer cuando ya estamos en una situación de no estar entendiéndonos, cuando surgen las fricciones? Aquí algunas ideas.
- La ternura es un básico. «Las caricias dadas con ternura son expresión de amor, alegría y cercanía», como os contaba aquí. Sin gestos de ternura diarios… nos estamos olvidando de construir el amor. Más sobre ternura y sobre qué tienen que ver Nacho Cano con Karol Wojtyla.
- En el matrimonio amamos con todo el ser y por eso no nos podemos olvidar de nuestro cuerpo y de que las relaciones sexuales son el lenguaje propio del matrimonio (como bien explica Eva Corujo en este post, el sexo no lo es todo). Os dejo algunos posts con ideas concretas:
Pequeñas Acciones Cotidianas
- Gestos de ternura.
- Hay gente que no es persona hasta que se toma el café, pero, en la medida de lo posible, es recomendable empezar el día con unos gestos y unas palabras cariñosas.
- Marian Rojas recomienda abrazos de 8 segundos. Unos abrazos de esos en mitad del día, porque sí, ayudan a resetear, coger fuerzas y aumentan nuestra alegría y nuestra unión.
- Como Pep Borrell, soy una gran fan de bailar en la cocina y de sus efectos terapéuticos. Pero es cierto, como os decía aquí, que no a todo el mundo tiene por qué gustarle ese plan en concreto. Llámalo bailar en la cocina, llámalo acurrucarse en el sofá con una mantita gustosa… lo que quieras, pero encontrad vuestro momento de mirarse, sentir cerca el uno al otro…
- No por típico voy a dejar de decirlo: acordarse del otro durante el día y manifestarlo. Un mensaje a media mañana sabe a gloria. (Y como sea una llamada, aunque dure medio minuto, maravilla de las maravillas).
- Besarse. Los besos no pueden quedar relegados al dormitorio. No tienen por qué ser besos de 10 minutos, pero hay que besarse más, creo yo.
- Que las pantallas no te impidan ver… los ojos de quien amas. Muchas veces nos quejamos de que no tenemos tiempo para los dos con calma… pero ¿cuánto tiempo se nos va con el móvil? ¿Cuántas horas dice mi “tiempo de uso” que miro la pantalla de media al día? ¿No podríamos hacer cosas maravillosas con tooooodo ese tiempo? Puede que, al final del día, con el agote acumulado, acabemos sentados en el sofá, uno al lado del otro (cuando no uno en cada esquina) mirando nuestros móviles. Y es comprensible pero ¿podemos gastar ese tiempo mejor? No siempre tienen que ser conversaciones sesudas de solucionar los problemas mundiales. A veces mirar memes y reels juntos puede ser un buen plan, cuando el cerebro no da para más, cuando necesitéis risas y desengrasar… Pero que no sea el único plan o el plan comodín.
- Crear vuestra estrategia personal y eficaz para solucionar los pequeños roces cotidianos con la agilidad y maestría de un bailarín profesional. En este post os daba algunas ideas: entrenarse en el perdón, distinguir lo exigible de lo deseable, aprender a reírse juntos, quitar tensiones, “piensa bien y acertarás”…
- Daros un pequeño homenaje de vez en cuando. No hay duda de que una buena comida o un postre especial ayuda a quitar males y a esponjar el alma. Nosotros desde hace unos años casi siempre tenemos helado en el congelador para algún día que ha sido especialmente cansado o si queremos celebrar algo. Puede ser un helado o pueden ser unos copazos o unas pizzas o una tableta de chocolate.
Planes fuera de casa
- Reservad dinero y tiempo en la organización familiar para tener momentos solos. A nosotros nos ayuda proponernos salir 1 vez al mes. No siempre lo conseguimos pero si no nos lo propusiéramos, saldríamos mucho menos. A veces con pagar a la canguro ya se va dinerete, pero no hace falta que la cena sea en un sitio espectacular. Para ahorrarse dinero de canguro, una cosa que hemos empezado a hacer en Oxford es «intercambio de canguros» con amigos: yo voy a su casa y ellos salen y otro finde viene mi amiga a cuidar a los nuestros y nosotros salimos. Seguro que tenéis otros amigos cerca a los que esta idea podría venirles bien.
- No siempre tiene que costar dinero. Me encanta cuanto Miriam cuenta en su Instagram su plan semanal de sandwiches con su marido en un parque cualquiera. Un plan sencillo pero revitalizador. A veces puede ser un paseo por el barrio de una hora. Salir de excursión resulta muy despejante, incluso aunque vayamos todos juntos y no solos los dos, pero cambiar de aires en un plan relajado, viene bien a cualquiera, especialmente en paisajes de montaña / monte / lagos / ríos / campos… no sé, hay algo en la naturaleza que resetea por dentro.
- Lo de un finde para los dos ya es la gloria bendita, aunque no siempre es viable. Aprovecho para proponer que reciban un premio Nobel para los abuelos / amigos / familiares varios dispuestos a quedarse con los niños unos días o al menos una noche para que los matrimonios puedan hacer una escapada.
- Las cenas de parejas y amigos me parecen también muy despejantes. Para ahorrarse canguro se puede hacer en la casa propia o irse turnando con las otras parejas (y al menos una de cada x te ahorras canguro, cuando te toque en la propia). Puede ser algo más íntimo, de dos parejas, como algo más masivo con varios matrimonios amigos tanto algo con otro matrimonio amigo como algo más masivo con más matrimonios y otros amigos (también solteros). Son momentos de compartir, a veces de desahogarse en un entorno «seguro», con los amigos que sabes que pueden estar pasando situaciones similares y que no te van a juzgar.
- También es importante tener momentos para cada uno por separado. Aunque sean breves. Un deporte, un hobby, una caña con una amiga en un bar… Esos momentos hay que hablarlos y consensuarlos… y protegerlos. Por el bien de cada uno, del matrimonio y de la familia.
Planes dentro de casa
- Re-cordar: volver a pasar por el corazón (cor, cordis = corazón en latín). Eso nos explicaba el gran Rafael Alvira en la carrera. Volver a recordar cosas del noviazgo, del día de la boda, repasar esas fotos, el vídeo, comentar juntos qué os enamoró del otro, revivir esos momentos. Y apuntar las fechas importantes del matrimonio en el calendario y celebrarlas aunque sea con detalles pequeños. Y no quedarse solo en la prehistoria de la relación: también hacer sesión de «vídeos caseros», solos o con los niños (si tenéis). Yo recuerdo de pequeña que me encantaba ver esas cintas con mis hermanos y mirar los álbumes de fotos. Ahora que lo tenemos todo tan digital eso se ha perdido, pero hay maneras: elaborar álbumes con selección de fotos o proyectar las fotos y los vídeos en la tele…
- A veces no se puede salir de casa y hay que montar la fiesta dentro: en ocasiones especiales intento preparar los postres que más nos gustan, por ejemplo, o poner la mesa de manera un poco distinta aunque sea para tomar las mismas pizzas de todos los viernes… O hacer cenas temáticas. O pedir para que te lleven a casa. A veces la cena puede ir seguida de película pero también recomiendo reservarse algunas de esas cenas especiales (sería ideal una a la semana) para hablar con calma y sin mirar el reloj. Si os quedáis sin ideas para hablar, al final de este post hay links a 300 preguntas; nosotros también usamos un librito que se llama, 101 Conversation Starters For Couples, de Gary D Chapman y, si vivís en UK, os recomiendo esta «Marriage Date Night Box». También probad planes diferentes: juegos de mesa o hacer un puzle, karaoke en casa, clases de salsa en youtube, videojuegos juntos…
- Plan que si no lo habéis hecho ya, os recomiendo hacerlo más pronto que tarde: realizar el test de los cinco lenguajes del amor de Gary Chapman. En su web está solo en inglés https://5lovelanguages.com/ . Pero he encontrado una explicación de los cinco lenguajes y una adaptación del test al español en este otro link. En la web de Chapman sale también el quizz de los lenguajes del perdón, que es muy bueno. Y otros dos nuevos que acabo de ver que aún no los he probado pero tienen buena pinta. Ya os contaré.
- Conocer cuál es el lenguaje del amor del otro os va a dar muchas pistas para acertar en la manera de quereros más y mejor, especialmente en esos detalles de cariño cotidianos.
- Plan que si no lo habéis hecho ya, os recomiendo hacerlo más pronto que tarde: realizar el test de los cinco lenguajes del amor de Gary Chapman. En su web está solo en inglés https://5lovelanguages.com/ . Pero he encontrado una explicación de los cinco lenguajes y una adaptación del test al español en este otro link. En la web de Chapman sale también el quizz de los lenguajes del perdón, que es muy bueno. Y otros dos nuevos que acabo de ver que aún no los he probado pero tienen buena pinta. Ya os contaré.
- Haced una playlist con las canciones que más os gustan, las que os traen buenos recuerdos, y ponedlas para bailar, o para recoger la cocina, o en el coche…
Recursos que pueden servir
- No lo digo yo, lo dice el subtítulo: Más que juntos. Cómo disfrutar del matrimonio desde el “sí, quiero”.
- Curso Desearte, de Aprendamos a amar. https://aprendamosaamar.com/desearte/ Lo hicimos Pablo y yo el año pasado y está fenomenal. Viene teoría, vídeos cortitos y preguntas para pensar por separado y juntos, también dinámicas… Muy completo con buenísimos profesores.
- Mi curso en vídeo en la plataforma Familia 360+ : «5 amenazas en tu relación e ideas para afrontarlas juntos». Muchas de las ideas que menciono están recogidas aquí también.
- La app MatrimONio, de la conferencia episcopal, https://appmatrimonio.es/ viene con ideas para pensar, para dialogar, para hacer tipo «Piensa en la útltima vez en la que le has dicho algo bonito a tu pareja», «Piensa 5 aficiones de tu pareja y ordénalas de 1 a 5 por orden de importancia según cuál de ellas le impactaría más a tu pareja verte realizar», «Agradécele a tu pareja algo que haya hecho por ti este día». Además de links a otros recursos, muchos de ellos multimedia.
- Web Familia https://webfamilia.org/ tiene recursos variados que pueden ayudar. Nosotros de vez en cuando nos vemos alguno de los testimonios (son bastante breves) y dan para conversar. También ayuda mucho ver que hay gente normal, como nosotros, que pasan por las mismas dificultades que nosotros, las mismas alegrías, preocupaciones, sueños… También hay vídeos y consejos en vídeo (hechos por los grandes de CDL) aquí https://matrimonioesmas.org/historias/
¡Espero que os sirvan estas ideas! Contadme en comentarios si implementáis alguna en vuestro matrimonio y si notáis que os ayuda.
También me encantará leer qué otras cosas os sirven para construir la alegría en vuestra vida juntos.
Termino con una anecdota que me contaron cuando era universitaria: preguntaron a un marido cuál era el secreto para un matrimonio exitoso (llevaba no sé cuántos años con su mujer, pero muchos). Su respuesta fue: «Vivimos en una competición constante por hacer feliz al otro».
¡A ser felices!
Foto de Jonathan Borba en Unsplash
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